lunes, 21 de marzo de 2011

EVANGELIO 3º DOMINGO DE CUARESMA

PALABRAS DE VIDA La Salle
(El Evangelio de cada Domingo que nos envia el Hermano Alberto desde Roma)
27 Marzo 2011
3 Cuaresma (A) Juan 4, 5-42

Lectura de la Buena Noticia según San Juan

Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José. 6Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta. 7Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: Dame de beber. 8Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana: 9¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)
10Jesús le respondió: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva. 11Le dice la mujer: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? 12¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados? 13Jesús le respondió: Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; 14pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.
Le dice la mujer: Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.
16El le dice: Vete, llama a tu marido y vuelve acá.
Respondió la mujer: No tengo marido.
Jesús le dice: Bien has dicho que no tienes marido, 18porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es marido tuyo; en eso has dicho la verdad.
19Le dice la mujer: Señor, veo que eres un profeta. 20Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
21Jesús le dice: Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. 23Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad. 25Le dice la mujer: Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo explicará todo. 26Jesús le dice: Yo soy, el que te está hablando. 27En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una mujer. Pero nadie le dijo: ¿Qué quieres? o ¿Qué hablas con ella? 28La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: 29Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo? 30Salieron de la ciudad e iban donde él. 31Entretanto, los discípulos le insistían diciendo: Rabbí, come. 32Pero él les dijo: Yo tengo para comer un alimento que vosotros no sabéis.
33Los discípulos se decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? 34Les dice Jesús:
Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra. 35¿No decís vosotros: Cuatro meses más y llega la siega? Pues bien, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos, que blanquean ya para la siega. Ya 36el segador recibe el salario, y recoge fruto para vida eterna, de modo que el sembrador se alegra igual que el segador. 37Porque en esto resulta verdadero el refrán de que uno es el sembrador y otro el segador: 38yo os he enviado a segar donde vosotros no os habéis fatigado. Otros se fatigaron y vosotros os aprovecháis de su fatiga. 39Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por las palabras de la mujer que atestiguaba: Me ha dicho todo lo que he hecho. 40Cuando llegaron donde él los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. 41Y fueron muchos más los que creyeron por sus palabras, 42y decían a la mujer:
Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.

LA RELIGIÓN DE JESÚS (Comentario del Santo Evangelio)

Cansado del camino, Jesús se sienta junto al manantial de Jacob, en las cercanías de la aldea de Sicar. Pronto llega una mujer samaritana a apagar su sed.
Espontáneamente, Jesús comienza a hablar con ella de lo que lleva en su corazón.
En un momento de la conversación, la mujer le plantea los conflictos que enfrentan a judíos y samaritanos. Los judíos peregrinan a Jerusalén para adorar a Dios. Los samaritanos suben al monte Garizim cuya cumbre se divisa desde el pozo de Jacob. ¿Dónde hay que adorar a Dios? ¿Cuál es la verdadera religión? ¿Qué piensa el profeta de Galilea?
Jesús comienza por aclarar que el verdadero culto no depende de un lugar determinado, por muy venerable que pueda ser. El Padre del cielo no está atado a ningún lugar, no es propiedad de ninguna religión. No pertenece a ningún pueblo concreto.
No lo hemos de olvidar. Para encontrarnos con Dios, no es necesario ir a Roma o peregrinar a Jerusalén. No hace falta entrar en una capilla o visitar una catedral. Desde la cárcel más secreta, desde la sala de cuidados intensivos de un hospital, desde cualquier cocina o lugar de trabajo podemos elevar nuestro corazón hacia Dios.
Jesús no habla a la samaritana de «adorar a Dios». Su lenguaje es nuevo. Hasta por tres veces le habla de «adorar al Padre». Por eso, no es necesario subir a una montaña para acercarnos un poco a un Dios lejano, desentendido de nuestros problemas, indiferente a nuestros sufrimientos. El verdadero culto empieza por reconocer a Dios como Padre querido que nos acompaña de cerca a lo largo de nuestra vida.
Jesús le dice algo más. El Padre está buscando «verdaderos adoradores». No está esperando de sus hijos grandes ceremonias, celebraciones solemnes, inciensos y procesiones. Lo que desea es corazones sencillos que le adoren «en espíritu y en verdad».
«Adorar al Padre en espíritu» es seguir los pasos de Jesús y dejarnos conducir como él por el Espíritu del Padre que lo envía siempre hacia los últimos. Aprender a ser compasivos como es el Padre. Lo dice Jesús de manera clara: «Dios es espíritu, y quienes le adoran deben hacerlo en espíritu». Dios es amor, perdón, ternura, aliento vivificador..., y quienes lo adoran deben parecerse a él.
«Adorar al Padre en verdad» es vivir en la verdad. Volver una y otra vez a la verdad del Evangelio. Ser fieles a la verdad de Jesús sin encerrarnos en nuestras propias mentiras. Después de veinte siglos de cristianismo, ¿hemos aprendido a dar culto verdadero a Dios? ¿Somos los verdaderos adoradores que busca el Padre?

Para la oración de los fieles

 Para que como Jesús tengamos una actitud de apertura y diálogo hacia todos los hermanos, sean de la religión que sean. Roguemos al Señor
 Para que acojamos con respeto y con cariño la pluralidad religiosa creciente de nuestras sociedades, cultivando actitudes de apertura, de convivencia fraterna y de colaboración. Roguemos al Señor.
 Para que pongamos el acento en ser religiosos «en espíritu y en verdad», como pedía Jesús, seguros de que ahí nos encontraremos con todos los hermanos y hermanas de todos los credos. Roguemos...
 Para que aquellos que, en nuestra sociedad moderna, mueren de sed de amor, de cariño, de compañía, encuentren personas cercanas y solidarias. Rogamos...
 Para que todos los que viven sirviendo a sus hermanos nunca desfallezcan por cansancio ni desánimo. Roguemos…
 Para que asumamos con esperanza los desafíos y las oportunidades que nos presenta la crisis actual de las religiones. Rogamos...

Oración comunitaria

Misterio infinito cuya sed han sentido todos los humanos desde el comienzo de su existencia... que has hecho emerger en la conciencia colectiva de los pueblos innumerables formas de reverencia, de adoración, de mística, de transcendencia... de religación o espiritualidad, expresada después, en los últimos milenios, en las religiones, grandes y pequeñas, de todos los pueblos... Continúa animando, inspirando, moviendo en lo profundo, vitalizando la inmensa religación que nos une y nos transforma, a la búsqueda de formas más adecuadas para comulgar en Espíritu y en Verdad.

¡¡¡ VIVA JESÚS EN NUESTROS CORAZONES!!!
¡¡¡POR SIEMPRE!!!

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