viernes, 16 de diciembre de 2011

EVANGELIO DEL DOMINGO 18 DE DICIEMBRE DE 2011

4 Domingo Adviento - B

miércoles, 7 de diciembre de 2011

EVANGELIO DEL DOMINGO 11 DE DICIEMBRE DE 2011

3 Domingo Adviento - B

jueves, 1 de diciembre de 2011

EVANGELIO DEL DOMINGO 4 DE DICIEMBRE DE 2011

2 Domingo Adviento - B

jueves, 17 de noviembre de 2011

PALABRAS DE VIDA LA SALLE

Domingo 34 Cristo Rey

miércoles, 16 de noviembre de 2011

EVANGELIO DEL DOMINGO 20 DE NOVIEMBRE DE 2011 FESTIVIDAD DE CRISTO REY

34 Domingo T.O. - A Cristo Rey

martes, 8 de noviembre de 2011

EVANGELIO DEL DOMINGO 13 DE NOVIEMBRE DE 2011

33 Domingo T.O. - A

PALABRAS DE VIDA LA SALLE

Domingo 33 T.O. - A

miércoles, 2 de noviembre de 2011

EVANGELIO DEL DOMINGO 6 DE NOVIEMBRE DE 2011

32 Domingo T.O. - A

miércoles, 26 de octubre de 2011

EVANGELIO DEL DOMINGO 30 DE OCTUBRE DE 2011

31 Domingo T.O. - A

miércoles, 12 de octubre de 2011

EVANGELIO DEL DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 2011

29 Domingo T.O. - A

martes, 4 de octubre de 2011

EVANGELIO DEL DOMINGO 9 DE OCTUBRE DE 2011

28 Domingo T.O. - A

EVANGELIO DEL 28 DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Domingo 28 T.O. - A

jueves, 15 de septiembre de 2011

EVANGELIO DEL DOMINGO 18 DE SEPTIEMBRE DE 2011



PALABRAS DE VIDA
La Salle

18 Septiembre 2011
25 Tiempo Ordinario (A)
Mateo 20, 1-16



Lectura de la Buena Noticia según San Mateo

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: -«El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña." Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." El replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿0 vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»
Palabra del Señor.

BONDAD ESCANDALOSA
             

Probablemente era otoño y en los pueblos de Galilea se vivía intensamente la vendimia. Jesús veía en las plazas a quienes no tenían tierras propias, esperando a ser contratados para ganarse el sustento del día. ¿Cómo ayudar a esta pobre gente a intuir la bondad misteriosa de Dios hacia todos?
Jesús les contó una parábola sorprendente. Les habló de un señor que contrató a todos los jornaleros que pudo. Él mismo vino a la plaza del pueblo una y otra vez, a horas diferentes. Al final de la jornada, aunque el trabajo había sido absolutamente desigual, a todos les dio un denario: lo que su familia necesitaba para vivir.
El primer grupo protesta. No se quejan de recibir más o menos dinero. Lo que les ofende es que el señor «ha tratado a los últimos igual que a nosotros». La respuesta del señor al que hace de portavoz es admirable: « ¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? ».
La parábola es tan revolucionaria que, seguramente, después de veinte siglos, no nos atrevemos todavía a tomarla en serio. ¿Será verdad que Dios es bueno incluso con aquellos y aquellas que apenas pueden presentarse ante él con méritos y obras? ¿Será verdad que en su corazón de Padre no hay privilegios basados en el trabajo más o menos meritorio de quienes han trabajado en su viña?
Todos nuestros esquemas se tambalean cuando hace su aparición el amor libre e insondable de Dios. Por eso nos resulta escandaloso que Jesús parezca olvidarse de los «piadosos» cargados de méritos, y se acerque precisamente a los que no tienen derecho a recompensa alguna por parte de Dios: pecadores que no observan la Alianza o prostitutas que no tienen acceso al templo.
Nosotros seguimos muchas veces con nuestros cálculos, sin dejarle a Dios ser bueno con todos. No toleramos su bondad infinita hacia todos. Hay personas que no se lo merecen. Nos parece que Dios tendría que dar a cada uno su merecido, y sólo su merecido. Menos mal que Dios no es como nosotros. Desde su corazón de Padre, Dios sabe entenderse bien con esas personas a las que nosotros rechazamos.


Para la revisión de vida

¿Pienso que “tengo méritos” ante Dios? ¿Pienso que formo parte de «el pueblo elegido»? ¿O pienso en el fondo de mi corazón que tengo la ventaja de estar en una religión mejor (y que tengo a Dios «más de mi parte») que esos otros pueblos y civilizaciones no cristianos?
¿Soy de las personas que tienen una vida sometida a la comercialización de todo? ¿Qué proporción de mi vida es actividad gratuita?

Para la reunión de grupo

Hubo una espiritualidad –que subsistió hasta no hace mucho tiempo- muy centrada en los “méritos”: hacer méritos para conseguir la salvación, “aplicar los infinitos méritos de la misa”, rezar las oraciones con más “días de indulgencia”. ¿Qué pensamos hoy de los “méritos? ¿Podrían ser cuantificables? ¿”Merecemos” ante Dios? ¿Sería “amor puro” aquél que trata de conseguir “méritos” y lleva cuenta de los mismos?
El viejo catecismo distinguía entre dos formas de arrepentimiento o dolor de los pecados: la de “contrición” (motivada por el amor a Dios) y la de “atrición” (motivada por el temor al castigo merecido). ¿Se podría decir que, paralelamente, hay dos formas de amor, uno que ama a Dios por “puro amor” y otra que ama a Dios con la vista puesta en los “méritos para la salvación”? (Ejemplo del primer tipo de amor sería el del soneto atribuido a Santa Teresa, “No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido…”). Comentar estas ideas.
El influjo neoliberal, la actual exigencia de “competitividad”, hace que todo se calcule y se tase, que a todo se le ponga precio y costo. Ya no hay lugar para la colaboración gratuita, desinteresada, “por amor al arte”. ¿En qué observamos esto?

Para la oración de los fieles

v  Por la Iglesia, para que trabaje siempre con toda su ilusión, con alegría y con todas sus fuerzas en la viña del Señor. Roguemos al Señor.
v  Por los que nos proclamamos cristianos, para que tengamos presente que lo que nos debe caracterizar es el llegar a superar incluso la justicia, con el amor. Roguemos.
v  Por todas las personas, para que el amor abra los corazones de los que viven ciegos por el egoísmo. Roguemos.
v  Por los que sufren a causa de la constante violación de los derechos humanos, para que sean respetados, recuperen su dignidad y sus vidas se vean llenas de justicia y de amor. Roguemos.
v   Por todos nuestros seres queridos difuntos, para que gocen ya de la plenitud de la vida junto a Dios nuestro Padre. Roguemos.
v  Por todos nosotros, para manifestemos el misterio del amor de Dios en nuestro amor al prójimo. Roguemos.
 
Oración comunitaria

Querido Dios, que has puesto la plenitud de la Ley en el Amor a Ti y al prójimo; concédenos conocer, amar y cumplir tu voluntad para que tu Reino esté cada día más presente y palpable en medio de nuestro mundo. Por Jesucristo.

martes, 6 de septiembre de 2011

EVANGELIO DEL DOMINGO 11 DE SEPTIEMBRE DE 2011

24 Domingo T.O. - A

miércoles, 10 de agosto de 2011

EL EVANGELIO DEL DOMINGO 14 AGOSTO 2011

20 Domingo T. O. - A

sábado, 16 de julio de 2011

EL EVANGELIO DEL DOMINGO 17 DE JULIO DE 2011

16 Domingo T. O. - A

viernes, 8 de julio de 2011

EL EVANGELIO DEL DOMINGO 10 DE JULIO DE 2011

15 Domingo T. O. - A

domingo, 19 de junio de 2011

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Esta es la reflexión dominical que nos envía nuestro hermano D. Manuel R. Rosa Santiago, sobre el evangelio de cada domingo.Solemnidad de la Santísima Trinidad _A_

sábado, 11 de junio de 2011

DOMINGO DE PENTECOSTÉS

Reflexión que nos envia nuestro hermano MAnauel R. Rosa Santiago sobre el Santo Evangelio de esta semana
Domingo de Pentecostés _A_

viernes, 8 de abril de 2011

EVANGELIO V DOMINGO DE CUARESMA

Reflexión que nos envia nuestro hermano MAnauel R. Rosa Santiago sobre el Santo Evangelio de esta semana

Domingo V CUA (A)

martes, 29 de marzo de 2011

EVANGELIO 4º DOMINGO DE CUARESMA

PALABRAS DE VIDA La Salle (El Evangelio de cada Domingo que nos envia el Hermano Alberto desde Roma)
3 Abril 2011

4º de Cuaresma (A) Juan 9,1-41

Lectura de la Buena Noticia según San Juan


“Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado) Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.” “Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: Él es; y otros: A él se parece. Él decía: Yo soy. Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista. Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? Él dijo: No sé. Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Y era día de reposo cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos. Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. Él les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo. Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos. “Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta. Pero los judíos no creían que él había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, y le preguntaron, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora? Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego; pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo. Esto dijeron sus padres, porque tenían medo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él. “Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? Él les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos? Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos. Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése, no sabemos de dónde sea. Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer. Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron” “Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo él es. Y él dijo: Creo, Señor, y le adoró. Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven sean cegados. Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos? Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.”

CAMINOS HACIA LA FE (J.A. Pagola)

El relato es inolvidable. Se le llama tradicio-nalmente "La curación del ciego de nacimien-to", pero es mucho más, pues el evangelista nos describe el recorrido interior que va haciendo un hombre perdido en tinieblas hasta encontrarse con Jesús, «Luz del mundo». No conocemos su nombre. Sólo sabemos que es un mendigo, ciego de nacimiento, que pide limosna en las afueras del templo. No conoce la luz. No la ha visto nunca. No puede caminar ni orientarse por sí mismo. Su vida transcurre en tinieblas. Nunca podrá conocer una vida digna. Un día Jesús pasa por su vida. El ciego está tan necesitado que deja que le trabaje sus ojos. No sabe quién es, pero confía en su fuerza curadora. Siguiendo sus indicaciones, limpia su mirada en la piscina de Siloé y, por primera vez, comienza a ver. El encuentro con Jesús va a cambiar su vida. Los vecinos lo ven transformado. Es el mismo pero les parece otro. El hombre les explica su experiencia: «un hombre que se llama Jesús» lo ha curado. No sabe más. Ignora quién es y dónde está, pero le ha abierto los ojos. Jesús hace bien incluso a aquellos que sólo lo reconocen como hombre. Los fariseos, entendidos en religión, le piden toda clase de explicaciones sobre Jesús. El les habla de su experiencia: «sólo sé una co-sa: que era ciego y ahora veo». Le preguntan qué piensa de Jesús y él les dice lo que sien-te: «que es un profeta». Lo que ha recibido de Él es tan bueno que ese hombre tiene que venir de Dios. Así vive mucha gente sencilla su fe en Jesús. No saben teología, pero sien-ten que ese hombre viene de Dios. Poco a poco, el mendigo se va quedando solo. Sus padres no lo defienden. Los dirigentes religiosos lo echan de la sinagoga. Pero Jesús no abandona a quien lo ama y lo busca. «Cuando oyó que lo habían expulsado, fue a buscarlo». Jesús tiene sus caminos para encontrarse con quienes lo buscan. Nadie se lo puede impedir. Cuando Jesús se encuentra con aquel hombre a quien nadie parece entender, sólo le hace una pregunta: «¿Crees en el Hijo del Hombre?» ¿Crees en el Hombre Nuevo, el Hombre plenamente humano precisamente por ser expresión y encarnación del misterio insondable de Dios? El mendigo está dispuesto a creer, pero se encuentra más ciego que nunca: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?» Jesús le dice: «Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es». Al ciego se le abren ahora los ojos del alma. Se postra ante Jesús y le dice: «Creo, Señor». Sólo escuchando a Jesús y dejándonos conducir interiormente por él, vamos caminando hacia una fe más plena y también más humilde.


Para la oración de los fieles

 Para que la Iglesia abandone toda forma de autoritarismo y actúe llevando al mundo la luz que recibe del Evangelio. Oremos.  Para que prevalezcan las personas y sus derechos sobre las leyes y las tradiciones. Oremos.  Para que quienes dudan de la presencia de Dios entre nosotros, descubran su amor por el testimonio vivo y eficaz de la Iglesia. Oremos.  Para que caminemos como hijos de la luz, denunciando toda opresión, violencia e injusticia. Oremos. Para que el Señor abra nuestros ojos y no vayamos nunca tras ningún “otro pastor”. Oremos  Para que nuestra comunidad, que comparte un mismo pan, comparta igualmente los demás bienes. Oremos.
Oración comunitaria

Tú, Señor, que nos abres los ojos para que descubramos la hermosura de la creación y la grandeza de tu amor, ayúdanos a colaborar contigo para que todas las personas puedan alegrarse en su vida al ver tu luz. Nosotros te lo pedimos por Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.

lunes, 21 de marzo de 2011

EVANGELIO 3º DOMINGO DE CUARESMA

PALABRAS DE VIDA La Salle
(El Evangelio de cada Domingo que nos envia el Hermano Alberto desde Roma)
27 Marzo 2011
3 Cuaresma (A) Juan 4, 5-42

Lectura de la Buena Noticia según San Juan

Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José. 6Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta. 7Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: Dame de beber. 8Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana: 9¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)
10Jesús le respondió: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva. 11Le dice la mujer: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? 12¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados? 13Jesús le respondió: Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; 14pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.
Le dice la mujer: Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.
16El le dice: Vete, llama a tu marido y vuelve acá.
Respondió la mujer: No tengo marido.
Jesús le dice: Bien has dicho que no tienes marido, 18porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es marido tuyo; en eso has dicho la verdad.
19Le dice la mujer: Señor, veo que eres un profeta. 20Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
21Jesús le dice: Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. 23Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad. 25Le dice la mujer: Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo explicará todo. 26Jesús le dice: Yo soy, el que te está hablando. 27En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una mujer. Pero nadie le dijo: ¿Qué quieres? o ¿Qué hablas con ella? 28La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: 29Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo? 30Salieron de la ciudad e iban donde él. 31Entretanto, los discípulos le insistían diciendo: Rabbí, come. 32Pero él les dijo: Yo tengo para comer un alimento que vosotros no sabéis.
33Los discípulos se decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? 34Les dice Jesús:
Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra. 35¿No decís vosotros: Cuatro meses más y llega la siega? Pues bien, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos, que blanquean ya para la siega. Ya 36el segador recibe el salario, y recoge fruto para vida eterna, de modo que el sembrador se alegra igual que el segador. 37Porque en esto resulta verdadero el refrán de que uno es el sembrador y otro el segador: 38yo os he enviado a segar donde vosotros no os habéis fatigado. Otros se fatigaron y vosotros os aprovecháis de su fatiga. 39Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por las palabras de la mujer que atestiguaba: Me ha dicho todo lo que he hecho. 40Cuando llegaron donde él los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. 41Y fueron muchos más los que creyeron por sus palabras, 42y decían a la mujer:
Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.

LA RELIGIÓN DE JESÚS (Comentario del Santo Evangelio)

Cansado del camino, Jesús se sienta junto al manantial de Jacob, en las cercanías de la aldea de Sicar. Pronto llega una mujer samaritana a apagar su sed.
Espontáneamente, Jesús comienza a hablar con ella de lo que lleva en su corazón.
En un momento de la conversación, la mujer le plantea los conflictos que enfrentan a judíos y samaritanos. Los judíos peregrinan a Jerusalén para adorar a Dios. Los samaritanos suben al monte Garizim cuya cumbre se divisa desde el pozo de Jacob. ¿Dónde hay que adorar a Dios? ¿Cuál es la verdadera religión? ¿Qué piensa el profeta de Galilea?
Jesús comienza por aclarar que el verdadero culto no depende de un lugar determinado, por muy venerable que pueda ser. El Padre del cielo no está atado a ningún lugar, no es propiedad de ninguna religión. No pertenece a ningún pueblo concreto.
No lo hemos de olvidar. Para encontrarnos con Dios, no es necesario ir a Roma o peregrinar a Jerusalén. No hace falta entrar en una capilla o visitar una catedral. Desde la cárcel más secreta, desde la sala de cuidados intensivos de un hospital, desde cualquier cocina o lugar de trabajo podemos elevar nuestro corazón hacia Dios.
Jesús no habla a la samaritana de «adorar a Dios». Su lenguaje es nuevo. Hasta por tres veces le habla de «adorar al Padre». Por eso, no es necesario subir a una montaña para acercarnos un poco a un Dios lejano, desentendido de nuestros problemas, indiferente a nuestros sufrimientos. El verdadero culto empieza por reconocer a Dios como Padre querido que nos acompaña de cerca a lo largo de nuestra vida.
Jesús le dice algo más. El Padre está buscando «verdaderos adoradores». No está esperando de sus hijos grandes ceremonias, celebraciones solemnes, inciensos y procesiones. Lo que desea es corazones sencillos que le adoren «en espíritu y en verdad».
«Adorar al Padre en espíritu» es seguir los pasos de Jesús y dejarnos conducir como él por el Espíritu del Padre que lo envía siempre hacia los últimos. Aprender a ser compasivos como es el Padre. Lo dice Jesús de manera clara: «Dios es espíritu, y quienes le adoran deben hacerlo en espíritu». Dios es amor, perdón, ternura, aliento vivificador..., y quienes lo adoran deben parecerse a él.
«Adorar al Padre en verdad» es vivir en la verdad. Volver una y otra vez a la verdad del Evangelio. Ser fieles a la verdad de Jesús sin encerrarnos en nuestras propias mentiras. Después de veinte siglos de cristianismo, ¿hemos aprendido a dar culto verdadero a Dios? ¿Somos los verdaderos adoradores que busca el Padre?

Para la oración de los fieles

 Para que como Jesús tengamos una actitud de apertura y diálogo hacia todos los hermanos, sean de la religión que sean. Roguemos al Señor
 Para que acojamos con respeto y con cariño la pluralidad religiosa creciente de nuestras sociedades, cultivando actitudes de apertura, de convivencia fraterna y de colaboración. Roguemos al Señor.
 Para que pongamos el acento en ser religiosos «en espíritu y en verdad», como pedía Jesús, seguros de que ahí nos encontraremos con todos los hermanos y hermanas de todos los credos. Roguemos...
 Para que aquellos que, en nuestra sociedad moderna, mueren de sed de amor, de cariño, de compañía, encuentren personas cercanas y solidarias. Rogamos...
 Para que todos los que viven sirviendo a sus hermanos nunca desfallezcan por cansancio ni desánimo. Roguemos…
 Para que asumamos con esperanza los desafíos y las oportunidades que nos presenta la crisis actual de las religiones. Rogamos...

Oración comunitaria

Misterio infinito cuya sed han sentido todos los humanos desde el comienzo de su existencia... que has hecho emerger en la conciencia colectiva de los pueblos innumerables formas de reverencia, de adoración, de mística, de transcendencia... de religación o espiritualidad, expresada después, en los últimos milenios, en las religiones, grandes y pequeñas, de todos los pueblos... Continúa animando, inspirando, moviendo en lo profundo, vitalizando la inmensa religación que nos une y nos transforma, a la búsqueda de formas más adecuadas para comulgar en Espíritu y en Verdad.

¡¡¡ VIVA JESÚS EN NUESTROS CORAZONES!!!
¡¡¡POR SIEMPRE!!!

martes, 15 de marzo de 2011

EVANGELIO 2º DOMINGO DE CUARESMA

PALABRAS DE VIDA DE LA SALLE (EVANGELIO DE CADA DOMINGO)

20 de marzo 2011

II Domingo de Cuaresma (A) http://laborriquita.blogspot.com

Lectura del Santo Evangelio - Mateo 17, 1-9

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: -«Señor, ¡qué bien se está aquí! Sí quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: -«Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.» Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: -«Levantaos, no temáis.» Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: -«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
MIEDO A JESÚS (REFLEXION)
La escena conocida como "la transfiguración de Jesús" concluye de una manera inespera-da. Una voz venida de lo alto sobrecoge a los discípulos: «Este es mi Hijo amado»: el que tiene el rostro transfigurado. «Escuchadle a él». No a Moisés, el legislador. No a Elías, el profeta. Escuchad a Jesús. Sólo a él.
«Al oír esto, los discípulos caen de bruces, llenos de espanto». Les aterra la presencia cercana del misterio de Dios, pero también el miedo a vivir en adelante escuchando sólo a Jesús. La escena es insólita: los discípulos preferidos de Jesús caídos por tierra, llenos de miedo, sin atreverse a reaccionar ante la voz de Dios.
La actuación de Jesús es conmovedora: «Se acerca» para que sientan su presencia amistosa. «Los toca» para infundirles fuerza y confianza. Y les dice unas palabras inolvidables: «Levantaos. No temáis». Poneos de pie y seguidme. No tengáis miedo a vivir escuchándome a mí.
Es difícil ya ocultarlo. En la Iglesia tenemos miedo a escuchar a Jesús. Un miedo soterra-do que nos está paralizando hasta impedirnos vivir hoy con paz, confianza y audacia tras los pasos de Jesús, nuestro único Señor.
Tenemos miedo a la innovación, pero no al inmovilismo que nos está alejando cada vez más de los hombres y mujeres de hoy. Se diría que lo único que hemos de hacer en es-tos tiempos de profundos cambios es conser-var y repetir el pasado. ¿Qué hay detrás de este miedo? ¿Fidelidad a Jesús o miedo a poner en "odres nuevos" el "vino nuevo" del Evangelio?
Tenemos miedo a unas celebraciones más vi-vas, creativas y expresivas de la fe de los creyentes de hoy, pero nos preocupa menos el aburrimiento generalizado de tantos cristia-nos buenos que no pueden sintonizar ni vibrar con lo que allí se está celebrando. ¿Somos más fieles a Jesús urgiendo minuciosamente las normas litúrgicas, o nos da miedo "hacer memoria" de él celebrando nuestra fe con más verdad y creatividad?
Tenemos miedo a la libertad de los creyen-tes. Nos inquieta que el pueblo de Dios recu-pere la palabra y diga en voz alta sus aspira-ciones, o que los laicos asuman su responsabilidad escuchando la voz de su conciencia. En algunos crece el recelo ante religiosos y religiosas que buscan ser fieles al carisma profético que han recibido de Dios. ¿Tenemos miedo a escuchar lo que el Espíritu puede estar diciendo a nuestras iglesias? ¿No tememos apagar el Espíritu en el pueblo de Dios?
En medio de su Iglesia Jesús sigue vivo, pero necesitamos sentir con más fe su presencia y escuchar con menos miedo sus palabras: «Levantaos. No tengáis miedo».

Para la oración de los fieles

 Para que las tres religiones «abrahámicas», que se remiten a Abraham como «padre de los creyentes», muestren fehacientemente que son hermanas y que dialogan y colaboran y se aman, roguemos.
 Para que seamos capaces de salir de nuestra tierra, de nosotros mismos, de nuestras seguridades, de nuestro egoísmo, de los estrechos límites de nuestro pequeño mundo para ir a la tierra que Dios nos muestra cada día en las necesidades de los hermanos, roguemos.
 Para que no tengamos miedo a abandonar nuestras seguridades por seguir la llamada de Dios, única roca sobre la que podemos construir sólidamente nuestra vida y nuestra sociedad, roguemos.
 ara que el Señor nos dé capacidad de mirar la vida con profundidad, para ver lo que hay en el fondo de ella, más allá de las apariencias, roguemos.
 Para que no nos quedemos en las apariencias que figuran externamente, y descubramos lo que configura la realidad profunda de las situaciones y las personas, roguemos.
 Para que el Señor nos dé fe, fuerza en la mirada, potencia en el corazón, ojos nuevos y luz mayor, para ver la realidad transfigurada, roguemos.

Oración comunitaria

Dios Padre, Madre, Sabiduría eterna, Visión infinita, Intuición total: danos profundidad en la mi-rada, potencia en el corazón, luz en los ojos del alma, para que seamos capaces de transfigurar la realidad y contemplar tu gloria ya ahora, en nuestra peregrinación terrestre, por Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.

¡¡¡ VIVA JESÚS EN NUESTROS CORAZONES!!!
¡¡¡POR SIEMPRE!!!

viernes, 11 de marzo de 2011

EL EVANGELIO DEL 1º DOMINGO DE CUARESMA

PALABRAS DE VIDA DE LA SALLE

13 de marzo 2011
I Domingo de Cuaresma (A)

Mateo 4, 1-11

Lectura del Santo Evangelio

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: -« Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. » Pero él le contestó, diciendo: -«Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."» Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice: -«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: «Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras."» Jesús le dijo: -«También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios."» Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: -«Todo esto te daré, si te postras y me adoras.» Entonces le dijo Jesús: -«Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto."» Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.

Tentaciones

No le resultó nada fácil a Jesús mantenerse fiel a la misión recibida de su Padre, sin desviarse de su voluntad. Los evangelios recuerdan su lucha interior y las pruebas que tuvo que superar, junto a sus discípulos, a lo largo de su vida. Los maestros de la ley lo acosaban con preguntas capciosas para someterlo al orden establecido, olvidando al Espíritu que lo impulsaba a curar incluso en sábado. Los fariseos le pedían que dejara de aliviar el sufrimiento de la gente y realizara algo más espectacular, "un signo del cielo", de proporciones cósmicas, con el que Dios lo confirmara ante todos.
Las tentaciones le venían incluso de sus discípulos más queridos. Santiago y Juan le pedían que se olvidara de los últimos, y pensara más en reservarles a ellos los puestos de más honor y poder. Pedro le reprende porque pone en riesgo su vida y puede terminar ejecutado.
Sufría Jesús y sufrían también sus discípulos. Nada era fácil ni claro. Todos tenían que buscar la voluntad del Padre superando pruebas y tentaciones de diverso género. Pocas horas antes de ser detenido por las fuerzas de seguridad del templo Jesús les dice así: "Vosotros sois los que habéis per-severado conmigo en mis pruebas" (Lucas 22,28).
El episodio conocido como "las tentaciones de Jesús" es un relato en el que se reagrupan y resumen las tentaciones que hubo de superar Jesús a lo largo de toda su vida. Aunque vive movido por el Espíritu recibido en el Jordán, nada le dispensa de sentirse atraído hacia formas falsas de mesianismo.
¿Ha de pensar en su propio interés, o escuchar la voluntad del Padre? ¿Ha de imponer su poder de Mesías, o ponerse al servicio de quienes lo necesitan? ¿Ha de buscar su propia gloria, o manifestar la compasión de Dios hacia los que sufren? ¿Ha de evitar riesgos y eludir la crucifixión, o entregarse a su misión confiando en el Padre?
El relato de las tentaciones de Jesús fue recogido en los evangelios para alertar a sus seguidores. Hemos de ser lúcidos. El Espíritu de Jesús está vivo en su Iglesia, pero los cristianos no estamos libres de falsear una y otra vez nuestra identidad cayendo en múltiples tentaciones.
Identificar hoy las tentaciones de la Iglesia y de la jerarquía, de los cristianos y de sus comunidades; hacernos conscientes de ellas como Jesús; y afrontarlas como lo hizo él, es lo primero para seguirle con fidelidad. Una Iglesia que no es consciente de sus tentaciones, pronto falseará su identidad y su misión. ¿No nos está sucediendo algo de esto? ¿No necesitamos más lucidez y vigilancia para no caer en la infidelidad?

Para la oración de los fieles

* Para que la Iglesia confíe siempre y por encima de todo en la Palabra de Dios y en su fuerza liberadora. Roguemos al Señor.

* Para que hagamos caso a las voces que nos llaman a buscar una sociedad más justa y un ser humano más fraterno. Roguemos...

* Para que nos reafirmemos cada día en nuestra fe en un Dios de vida y de vivos. Roguemos...

* Para que, frente al individualismo y el egoísmo, nosotros pongamos el valor de la solidaridad y el amor entre las personas. Roguemos.

* Para que seamos conscientes de que Dios está siempre a nuestro lado, aunque a veces no lo parezca, en la tentación y en las dificultades. Roguemos.

*Para que la Eucaristía que celebra nuestra comunidad nos anime a ser más consecuentes con nuestra fe y nuestra esperanza. Roguemos.

Oración comunitaria

Oh Dios que sabes que nuestra vida humana está sometida a tantos influjos, presiones, tentaciones, repulsiones… y también a tantos estímulos, inspiraciones y buenos ejemplos; te pedimos que la atracción y el influjo del bien sea mucho más fuerte en nuestra vida que la tentación y la fuerza del mal, y que el ejemplo modélico de Jesús nos ayude a seguirle por el camino del amor y del bien. Te lo pedimos por Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.

¡¡¡ VIVA JESÚS EN NUESTROS CORAZONES!!!

¡¡¡POR SIEMPRE!!!